Walter Giardino, líder de Rata Blanca, nos habla de su banda y de su proyecto solista. Nos expresa su pasión por las seis cuerdas, especificándonos todo sobre su sonido: sus equipos, sus guitarras y su set-up. Uno de los mayores referentes del hard rock latinoamericano nos introduce en su mundo.
Un cielo púrpura decoraba el paisaje del Bajo Flores mientras la joven ilusión de Walter Giardino se acrecentaba ante cada riff proveniente de la stratocaster de Ritchie Blackmore. El rock and roll y el hard rock fueron alimentando las energías de este gran guitarrista cuando apenas cruzaban el océano las primeras canciones de Deep Purple y Led Zeppelín, y posteriormente las de Rainbow y Alcatrazz. Walter Giardino siempre mantuvo una meta clara y una conducta. Siempre supo hacia dónde ir y mantuvo ese eje hasta las últimas circunstancias. Se convirtió en un ícono del hard rock nacional y llevó a Rata Blanca a lo más alto del género en nuestro país. Hoy Rata Blanca superó las dos décadas de exis tencia y sigue ampliando las fronteras con sus canciones, las mismas que cautivaron la atención de muchos históricos de la música que año a año se fueron sumando a sus shows. Así fue como Graham Bonnet y Greg Smith se acoplaron al proyecto de Walter el pasado 18 de diciembre, y revivieron los clásicos de Raimbow y Alcatrazz. Si hablamos de guitarras en nuestro país, seguramente uno de los referentes que se nos vienen a la mente es Walter Giardino. Con una extensa carrera que lo avala, habiendo tocado en nuestro país con Glenn Hughes, Tarja Turunen y Doogie White, con quien grabó la última placa de estudio (The Forgotten Kingdom). Con la prolijidad de siempre y la pa sión por las guitarras, Walter nos introduce en su universo musical.
Durante todo el 2010 decidiste volver a tu proyecto solista, ¿a qué se debe esa elección?
No sé si llamarlo proyecto solista, aunque sí es algo fuera de Rata, que de todas maneras involucra a un par de músicos de Rata. Esto tiene que ver con las ganas de tocar otras cosas y con la posibilidad de hacerlo tocando canciones que me gustaron durante toda mi vida, de las cuales aprendí muchísimo. Pensé en hacer un show de rock clásico de los ́80 con mucha realidad, con gente sobre el escenario que sabe del asunto de primera mano, con una formación bien potente, haciendo canciones de Rainbow, de Alcatrazz y de Temple.
¿Cómo repartís los tiempos cuando estás con tu proyecto y con Rata Blanca conjuntamente?
Bueno, lo de Rata necesita breves repasos, ya que estamos tocando todo el año y ya tenemos bastante afirmado todo. Lo otro es cuestión de trabajarlo bastante solitario, para tener bien la data y juntarse con los otros músicos para pulir las partes. Se versionaron las cosas y se hizo un honesto concierto de rock and roll. Al estar residiendo en España,
¿Cómo se procede a la hora de transmitir las ideas que vas teniendo?
Trabajamos puntualmente en el momento que vamos a grabar, cuando hacemos los discos. No estamos pasándonos ideas durante todo el año, ni demasiadas cosas. Yo quizás tenga más claras algunas ideas personalmente, y cuando llego a la ciudad nos juntamos en una sala de ensayo y empezamos a ver esas cosas. Al menos en los últimos dos discos nos metemos en el estudio sin tener el 100% del material compuesto y se compone bastante ahí.
Fuente: Guitarristas y Bajistas.ar
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